Io solo un neuroscienziato...
...con esta humilde frase se presenta Giacomo Rizzolatti en I saperi dell'eccellenza, una idea nueva en el mundo de la comunicación y la formación, un lugar donde se dan cita diferentes tipos de conocimiento poniéndose al alcance de cualquier persona.
Este magnífico neurocientífico de claro pelo, suaves modales y transparentes gafas que ocultan y dejan ver el saber hacer de sus neuronas, mas bien de las que él ha descubierto, de las que nos dicen, desde ese momento, que no todo es simple razonamiento, sino razonamiento compartido, razonamiento de saber ver y reflejar lo que el entorno y los otros nos transmiten.
Cuántas cuestiones nos pueden remitir desde este descubrimiento, cómo es posible que tengamos respuestas de esta magnitud ante eventos que no tocamos, que no vivimos, sino que vemos en otros, y qué peculiaridades se abren en torno a estas llamadas Neuronas Espejo?
Funcionan ininterrumpidamente y puede encontrarse en todos nuestros actos, algunos la han calificado, acertadamente, la red de redes del cerebro humano. Ahora que constatamos su existencia podemos argumentar con mas peso la incidencia en el mundo del arte, desde los reductos historiográficos que nos informan de la formación en otras épocas por medio de la copia del maestro hasta su superación, hasta la influencia de otras culturas en la formación del más reciente arte Impresionista, Postimpresionista, y actual.
Comprenderemos mejor a partir de ahora, cómo es posible la articulación de mundos simbólicos únicos? cómo nos construyen esos mundos interiores? todos poseemos esa función que en otros tiempos solo se las atribuía a los artistas!!
Pero lo importante para este artículo, en este momento, es qué nos dice el maestro Rizzolatti acerca de las Neuronas Espejo? Más adelante habrá tiempo de profundizar más en el dialogo de la construcción del arte.
Hagamos primero un poco de historia. Todo se remonta a 1996 donde el equipo de Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma (Italia), estaba estudiando el cerebro de monos, cuando debido a un accidente fortuito, descubrió un curioso grupo de neuronas. Las células estudiadas no sólo se encendían cuando el animal ejecutaba ciertos movimientos sino que, simplemente con contemplar a otros hacerlo, también se activaban. Se les llamó neuronas espejo o especulares. En un principio se pensó que simplemente se trataba de un sistema de imitación. Sin embargo, los múltiples trabajos que se han hecho desde su descubrimiento, el último de los cuales se publicó en Science, indican que las implicaciones trascienden, y mucho, el campo de la neurofisiología pura. El sistema de espejo permite hacer propias las acciones, sensaciones y emociones de los demás. Su potencial trascendencia para la ciencia es tanta que el especialista Vilayanur Ramachandran (neuronas Gandhi o neuronas empatía) ha llegado a afirmar: "El descubrimiento de las neuronas espejo hará por la psicología lo que el ADN por la biología".
Siguiendo la estela comparativa del ADN, Rizzolatti, nos expone que el mecanismo de espejo explica muchas cosas que antes no se comprendían. Por ejemplo, la imitación. ¿Cómo podemos imitar? Cuando se observa una acción hecha por otra persona se codifica en términos visuales, y hay que hacerlo en términos motores. Antes no estaba claro cómo se transfería la información visual en movimiento. Otra cuestión muy importante es la comprensión. No sólo se entiende a otra persona de forma superficial, sino que se puede comprender hasta lo que piensa. El sistema de espejo hace precisamente eso, te pone en el lugar del otro. La base de nuestro comportamiento social es que exista la capacidad de tener empatía e imaginar lo que el otro está pensando.(País, 2005)
El mensaje más importante de las neuronas espejo es que demuestran que verdaderamente somos seres sociales. Se tiene que hacer una apología a la imitación? Para comprenderlo no hay más que fijarse en los grandes pintores. Hoy día este tipo de planteamientos siguen vigentes o debemos reestructurar lo que ahora sabemos para comprender mejor lo que podemos crear?
Estas neuronas se activan incluso cuando no ves la acción, cuando hay una representación mental. Su puesta en marcha corresponde con las ideas. La parte más importante de las neuronas espejo es que es un sistema que resuena. El ser humano está concebido para estar en contacto, para reaccionar ante los otros(País, 2005).
Esta información que previamente el cerebro debe poseer se refleja ya al nacer en el útero de la madre, ahí se aprende el vocabulario motor básico, o sea ya tenemos ese conocimiento, que es puramente motor. A los pocos minutos de nacer, los bebés ya pueden sacar la lengua a un adulto que les lance ese gesto. Los niños desarrollan sus sistemas espejo al tiempo que su sistema motor.(«“Somos grandes copiadores, sin imitación no habría cultura”», s. f.)
Más tarde, al ver a otras personas, el individuo se sitúa en su propio interior y comprende a los demás. La visión es la que proporciona el vínculo.
Sobre el tema que aquí nos interesa, la creatividad del mundo artístico, nos dice: Copiar es la base de nuestro aprendizaje, gracias al sistema espejo. Sin imitación no habría cultura. Es más, somos grandes imitadores, no como los monos. Hacemos como los viejos pintores: iban al taller, la bottega del artista, aprendían y luego desarrollaban su estilo. ¡Veamos los primeros cuadros de Picasso! Una vez interiorizado, mejoramos, inventamos. Ahí llega la originalidad(«“Somos grandes copiadores, sin imitación no habría cultura”», s. f.).
De todo esto podemos concluir que siendo importante en la fundación del mundo simbólico sobre el que articulamos tanto nuestro entorno social, como nuestro rico mundo imaginario, sigue existiendo una pregunta sin responder, a mi entender tan importante como el mismo descubrimiento. Por qué existe esta función? Quizás se trate de una pregunta meta-neurofilosófica y tenga por lo tanto difícil solución pero me parece interesante plantear que no sólo interesa el cómo? sino también el por qué?
Fuentes:
País, E. E. (2005, octubre 19). Las neuronas espejo te ponen en el lugar del otro. EL PAÍS. Recuperado a partir de http://elpais.com/diario/2005/10/19/futuro/1129672806_850215.html
«Somos grandes copiadores, sin imitación no habría cultura». (s. f.).Público.es. Recuperado a partir de http://www.publico.es/ciencias/142076/somos-grandes-copiadores-sin-imitacion-no-habria-cultura
Público http://www.publico.es/ciencias/142076/somos-grandes-copiadores-sin-imitacion-no-habria-cultura
http://www.dailymotion.com/video/xeodsq_chimpances-neuronas-espejo-g-rizzol_school
http://www.youtube.com/watch?v=Zx8_R716FSE
http://www.youtube.com/watch?v=Zx8_R716FSE
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